martes, abril 08, 2008

MUSICA PARA UN MUNDO MEJOR

CÓMO APROXIMARNOS AL SIGNIFICADO DE “MÚSICA PARA UN MUNDO MEJOR” ¿Qué pasa si vemos que los chicos están aburridos? les cantamos ……o los hacemos cantar… Es como si se hubiera operado “magia”. Ellos sonríen, se mueven y recuperan energías. Pero… ¿somos totalmente conscientes de los efectos que la música opera en nuestros niños?.... ¿Cuál es esa “magia”?. La música es tonificante: Desde que el niño está en el vientre de la madre es capaz de captar todos los sonidos de su entorno, integrados a los movimientos, los afectos, los sentimientos. Antes de dar a luz, mamá está ya “alimentando” a su hijo con sonidos, color, movimiento. De ahí la responsabilidad de rodearlo de belleza, calor y afectividad a través incluso de la palabra. En el taller es muy fácil cerrando los ojos, tratar de recordar el sonido más antiguo del que tenemos conciencia, diferenciando los que nos hacen “sentir bien”, los que nos “tranquilizan” y hasta los que nos producen temor. Sería muy útil guardar una ficha de cada niño, para acudir a ella en momentos de especial necesidad. Otra posibilidad es que reproduzcan los sonidos de los animales que recuerdan. En otra ocasión buscaremos salir a un parque cercano y escuchar todo lo que allí ocurre. Regresaremos al taller y, apelando a la memoria, imitaremos y clasificaremos lo que escuchamos, y cómo nos estimuló. La música es relajante: Nosotros somos muy exigentes en cuanto al orden, el horario, la limpieza, la nutrición. Y… nuestras orejitas, ¿cómo andan? ¿ tenemos hecha una lista de los ruidos perjudiciales que las contaminan?. Podemos comenzar a hacerla pidiendo a los niños que imiten todos los ruidos que los molestan: en casa, en la escuela, el taller, en la calle. Así llegaremos a la conclusión del por qué el maestro debe ser tan cuidadoso al elegir el momento de cantar y el repertorio a utilizar. Van a ser estos inolvidables instantes de verdadero relax, combinados con algunos momentos de silencio, los que marcarán en adelante el gusto del niño por lo bello. La música es integradora: Favorece la expansión de las cualidades humanas: la creatividad, la imaginación, la lógica superior, el sentido común, la intuición. Las canciones en grupo, las de preguntas y respuestas, los cánones, están desarrollando nuestras destrezas para la vida: ser solidarios, esperar nuestro turno, incluso inhibirnos si es necesario. Formar personalidades seguras, que sepan discriminar lo que deben y lo que no deben hacer; lo que quieren y lo que no quieren hacer; los mejores ciudadanos del futuro, ese es nuestro objetivo. La música es motivadora: Tengamos como regla iniciar nuestra jornada diaria escuchando melodías armoniosas, haciendo a la vez movimientos que vayan con ella. Ya sabemos que disponemos de ese gran tesoro que es nuestro cuerpo para dar libertad a cada una de sus partes. Esta actividad traerá como resultado que nuestros niños mantengan luego un nivel de concentración mayor, trayendo como consecuencia que el aprendizaje de todos los contenidos programados para el día sean mejor asimilados. Aprender a tocar un instrumento a temprana edad nos garantiza el desarrollo superior de un pensamiento lógico, un razonamiento matemático y una percepción espacio-temporal adecuada. Si cantamos, nos aseguramos un léxico mayor, la comunicación expresiva, la mejor articulación y otros be neficios que iremos apreciando poco a poco. Ahora es momento de comenzar. Estimulemos la inteligencia musical. La música es amor: Todo aquello que nos es entregado en los primeros años de manera feliz, compromete nuestra afectividad. Nuestros niños y niñas merecen un maestro brillante, con ilusión, lleno de todos esos sonidos hermosos que ha escuchado a través de su vida, dotado de una sensibilidad a toda prueba; que pueda proclamar su alegría sin inhibiciones y que comparta sus situaciones difíciles sin abatimiento. Por eso queremos que todos cantemos, bailemos, gocemos, para hacer con la Música, un Mundo Mejor.